Durante el II Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (CILELIJ), tuve la oportunidad de escuchar a investigadores, escritores, ilustradores y maestros, hablar sobre el tema de la Literatura Infantil y Juvenil, desde posturas distintas, preocupaciones conjuntas, pero sobre todo, desde la emoción, desde la pasión que cada uno de los participantes tiene por lo que hace.
Abrió el evento académico el profesor Néstor García Canclini con un tema que, para mí, es fundamental y es la pregunta acerca de los nuevos modos de leer. Se escucha a diario el lamento permanente sobre la ausencia de lectura en los niños y jóvenes. Sin embargo, el profesor García Canclini nos explicaba en aquella sesión cómo los niños y jóvenes tienen maneras diferentes de leer a aquellos que no somos nativos digitales.
Los niños de hoy, no solo tiene a mano los libros en papel, sino que pueden acceder al mundo de los videos, de las canciones online, de los video-juegos y también, de los libros digitales. Decía el profesor García Canclini que no es que se vayan a desaparecer los libros en papel, sino que hoy en día, gracias a los adelantos tecnológicos, hay muchos más materiales de lectura, igualmente atractivos al libro en papel y que lo que hacen los jóvenes de hoy en día es mezclar la lectura de dichos libros con otro tipo de materiales tecnológicos susceptibles de ser leídos.
Dice, además, que los niños y jóvenes de hoy, al dar uso a las redes sociales, se convierten en lectores más solidarios, es decir que sus lecturas las comparten con otros y usan los medios cibernéticos para ello: forman grupos de lectores al rededor de un tema que les interesa, comparten links de libros y películas que les gustan, escriben textos sobre lo que leen y esto no lleva a otro punto de la reflexión propuesta por el profesor: el cómo las redes sociales constituyen el sitio de encuentro de los lectores contemporáneos. Nunca antes se había podido compartir tan a prisa, los materiales de lectura. Recordemos la correspondencia entre autores del siglo XIX, que duraba muchos meses en llegar a su destino. Hoy en día, si quieres hablar con un autor que está en otro continente, solo debes buscar su e-mail y escribirle. Eso cambia los hábitos de lectura, las relaciones entre el autor y sus lectores y entre ellos mismos. Se conforman comunidades enteras en torno a las discusiones de una obra y se estrechan los lazos que unen a sus protagonistas.
Dice el profesor García Canclini que es necesario que la escuela se ponga a tono con estos fenómenos, que, en lugar de satanizar a las redes sociales, al cine y a los video-juegos, le enseñe a los niños y niñas a leer de manera crítica estas producciones culturales; invita a los adultos- maestros a entrar en este nuevo mundo de saberes y significaciones.
A mí me parece maravillosa la invitación que nos hace el maestro. Ojalá haya más docentes que se contagien de estas nuevas formas de leer y que acompañen a sus estudiantes por las nuevas sendas de la lectura y la escritura.
Literatura Juvenil
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Hace unas horas escuché una charla que dio Ray Bradbury acerca de cómo hacerse escritor. En uno de sus apartes, él decía que, palabras más, palabras menos, deberíamos estar sumergidos en las bibliotecas y olvidar las computadoras. ¿Hasta qué punto Bradbury tiene razón? ¿Acaso las bibliotecas ya no llegan a nuestras casas gracias a los computadores? ¿Ustedes qué piensan?